NO es lo mismo el miedo a la educación que educar con miedo
El miedo es uno de los aspectos menos estudiados y menos comprendidos de la Educación en nuestro sistema escolar.
Se entiende por miedo un rechazo, una situación incómoda ante algo que amenaza nuestra integridad o nuestro bienestar, personal, familiar o social, o a nuestros intereses. La reacción del miedo es en primer lugar quitar aquello que lo provoca; en segundo, evadirlo, y sólo ante la imposibilidad de una u otra, aceptar pasivamente las consecuencias; cuando se rebasan estas reacciones, llega instantáneamente la parálisis de todas las facultades y características físicas del ser humano.
Es de notar, sin embargo, que nadie acepta por principio las consecuencias de una amenaza cualquiera. Todos tendemos a la defensa, y lo hacemos en proporción y de acuerdo a la naturaleza de la amenaza. Es claro que en esto se puede dar una gran variedad de respuestas, desde la desproporcionada que destruye aquello que es o representa la amenaza, hasta las sencillas o simples que nada logran, y la de no hacer nada.
El miedo es un sentimiento natural en el ser humano que le sirve de defensa, o para prevenir defensas ante peligros reales o supuestos. Como sentimiento, es una emoción y posee todas las características de las emociones.
Por lo mismo, el miedo acepta grados, según la intensidad del mismo. De acuerdo con los estudiosos de este sentimiento, el miedo debe considerarse desde quien lo padece, no de quien lo provoca real o supuestamente. Esto es útil para explicar que en algunas ocasiones al observador le parece desproporcionado el miedo del miedoso, según haga la referencia a quien lo provoca, o a la reacción.
Ahora bien, centrándonos en el ámbito de lo educativo, ninguna educación debe basarse en este sentimiento para llevar a fin sus propósitos. Uno de los problemas más serios con los que se enfrenta el sistema educativo de cualquier país contemporáneo es el del agravamiento de las situaciones generadoras de violencia en las escuelas.
La enseñanza en general se encuentra atravesada por muchas coordenadas (luchas de poder, conflictos,…) que existen dentro y fuera de la escuela y que derivan en conflictos. Que haya conflicto es parte de la realidad social. En la escuela existe el conflicto: No debemos evitarlo sino aprovecharlo como elemento de cambio social, como posibilidad de cambio. El conflicto es energía.
Sin embargo, el problema no está en que en la Escuela se generen conflictos, pues es natural al ser un espacio social que reproduce muchas coordenadas diferentes, el problema verdaderamente radica en que esos conflictos se "solucionen" o se "fundamenten" con violencia y miedo.
Cada día se observan numerosos casos de violencia en las escuelas, conflictos entre profesorado, entre alumnos, entre las familias y el centro, entre profesores y alumnos...
El verdadero reto está en descubrir las claves del cómo educar desde, en y para la convivencia siguiendo como pauta fundamental la educación en valores. Otros caminos como el miedo, la represión, la violencia no pueden generar sino más de lo mismo.
Sin embargo, el problema no está en que en la Escuela se generen conflictos, pues es natural al ser un espacio social que reproduce muchas coordenadas diferentes, el problema verdaderamente radica en que esos conflictos se "solucionen" o se "fundamenten" con violencia y miedo.
Cada día se observan numerosos casos de violencia en las escuelas, conflictos entre profesorado, entre alumnos, entre las familias y el centro, entre profesores y alumnos...
El verdadero reto está en descubrir las claves del cómo educar desde, en y para la convivencia siguiendo como pauta fundamental la educación en valores. Otros caminos como el miedo, la represión, la violencia no pueden generar sino más de lo mismo.

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